Cualquier
persona a cualquier edad puede tener un problema con el uso de
bebidas alcohólicas. Es posible que al tío abuelo Jorge siempre
le hubiera gustado beber, pero su familia puede llegar a
descubrir que su comportamiento cuando bebe empeora a medida
que envejece. Quizás la abuela Betty haya sido abstemia toda la
vida — sólo se toma un trago “para poderse dormir” después de
que murió su esposo. Ahora necesita un par de tragos para poder
terminar el día.
Estas
historias son comunes. El hecho es que familias, amigos y
profesionales del cuidado de la salud a menudo pasan por alto
sus inquietudes acerca de los hábitos de los ancianos respecto a
las bebidas alcohólicas. En ocasiones, los problemas con el uso
del alcohol en los ancianos se interpretan erróneamente
considerándolas como otras condiciones que vienen con la edad.
Pero el alcohol merece atención especial, debido a que el
proceso de envejecimiento afecta la forma en la que el cuerpo
tolera el alcohol. La misma cantidad de licor puede tener un
mayor efecto a medida que la persona envejece. Con el tiempo,
alguien cuyos hábitos con el consumo de alcohol no han cambiado,
puede descubrir que
tiene un problema.
Algunos hechos acerca del alcohol y el envejecimiento
-
Algunos estudios
han demostrado que a medida que la gente envejece, se vuelve
más sensible a los efectos del alcohol. Es decir, la misma
cantidad de alcohol puede tener un efecto más fuerte en una
persona mayor que en otra más joven.
-
Algunos riesgos de
tipo médico, como la tensión arterial alta, las úlceras y la
diabetes, pueden empeorar con el consumo de alcohol.
-
Algunas
medicinas - tanto las recetadas como los que se venden sin
receta - pueden ser peligrosos o aún mortales al mezclarse con
el alcohol. Esto constituye un asunto de especial preocupación
en la gente de mayor edad, porque la persona promedio de más
de 65 años de edad toma al menos dos medicamentos al día. He
aquí algunos ejemplos: la aspirina puede causar hemorragias en
el estómago y en los intestinos. Si usted toma aspirina
mientras ingiere alcohol, aumenta el riesgo de sufrir una
hemorragia.
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Las medicinas para la gripa y las alergias (los
antihistamínicos)
a menudo le producen sueño a la gente. Cuando el alcohol se
combina con esas medicinas, puede hacer que la somnolencia
empeore y que el conducir un vehículo sea aún más peligroso.
El alcohol utilizado con grandes dosis de acetaminofen para
calmar el dolor puede aumentar el riesgo de afecciones al
hígado. Si usted está tomando medicinas que requieran receta
médica o no, consúltele a su médico o a
su farmacéutico si puede ingerir alcohol sin que corra ningún
riesgo.
Efectos del alcohol
Aún un trago
muy pequeño de alcohol puede perjudicar el juicio, la
coordinación y el tiempo de reacción. Puede aumentar el riesgo
de sufrir accidentes en el hogar y en el trabajo, incluyendo
caídas y fracturas de la cadera. También contribuye a un mayor
riesgo de sufrir accidentes con vehículos automotores un
problema particularmente importante,
debido a que cerca de un 10% de los conductores de este país
tienen más de 65 de edad.
Con el tiempo,
el beber en exceso también puede causar ciertos cánceres,
cirrosis del hígado, perturbaciones del sistema inmunológico y
daños cerebrales. El alcohol puede hacer que algunos problemas
médicos sean difíciles de descubrir y tratar por parte de los
médicos.
Por ejemplo,
el alcohol causa cambios en el corazón y en los vasos sanguíneos.
Estos cambios pueden disipar un dolor que pudiera ser una señal
de advertencia de un ataque al corazón. La bebida también puede
hacer que las personas mayores se vuelvan olvidadizas y se
confundan. Estos síntomas se pueden interpretar erróneamente
como signos de la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, en el
caso de los diabéticos, la bebida afecta los niveles de azúcar
en la sangre. Las úlceras también pueden empeorar con el consumo
de alcohol.
La gente que
toma más de una pequeña cantidad de alcohol también se puede
estar arriesgando a tener conflictos graves con la familia, los
amigos y sus compañeros de trabajo. Entre más alcohol ingieran,
mayor será la posibilidad de llegar a tener problemas en el
hogar, el trabajo, con los amigos y aún con extraños.
Cómo saber si alguien tiene un
problema de consumo de alcohol
Hay dos tipos
de bebedores con problemas: los de comienzo temprano y los de
comienzo tardío. Algunas personas han sido grandes bebedores
durante muchos años pero, así como en el caso del tío abuelo
Jorge, con el tiempo la misma cantidad de licor les afecta mucho
más. Otras personas, como la abuela Betty, desarrollan un
problema con el alcohol al llegar a la vejez. En ocasiones, esto
se debe a cambios fundamentales en su vida, como los
relacionados con el empleo, problemas de salud, o la muerte de
amigos o seres queridos. A menudo estos cambios de vida pueden
ocasionar soledad, aburrimiento, ansiedad y depresión. De hecho,
la depresión en los adultos de mayor edad, a menudo conlleva el
mal uso del alcohol. Al comienzo, un trago parece aliviar las
situaciones estresantes. Más adelante, el beber puede empezar a
causar problemas.
No todos los que
toman con regularidad tienen problemas de consumo de alcohol y
no todos los bebedores con problemas toman todos los días. Es
posible que usted quiera buscar ayuda sea para usted o para un
ser querido, si:
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Toma para calmar
sus nervios, olvidar sus penas o disminuir la depresión.
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Pierde el interés
en la comida.
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Bebe un trago trás otro.
-
Con frecuencia
toma más de tres tragos en un solo día (Una bebida estándar
equivale a una botella de 12-onzas, o una lata de cerveza, o
vino con bajo contenido de alcohol, una copa de vino de
5-onzas, o una bebida de 1.5 onzas con 80% de concentración).
-
Miente o
intenta ocultar sus hábitos con bebidas alcohólicas.
-
Bebe solo.
-
Se hace
daño o le causa daño a otra persona al beber.
-
Se embriagó
más de tres o cuatro veces el año pasado.
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Requiere
más alcohol para sentirse “bien”.
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Se siente
irritado, resentido, o irrazonable cuando no toma.
-
Tiene
preocupaciones médicas, sociales o financieras causadas por el
alcohol.
Cómo obtener ayuda
Los estudios
indican que las personas mayores que tienen problemas de consumo
de alcohol tienen la misma oportunidad de beneficiarse del
tratamiento como la tienen los jóvenes que abusan del alcohol.
Para obtener ayuda, hable con su médico. Él/ella pueden
asesorarle acerca de su salud, su problema con la bebida y las
opciones de tratamiento. Sus entidades locales de salud o
agencias de servicios sociales también pueden ayudarle.
Hay muchos
tipos de tratamientos disponibles. Algunos, como los programas
de ayuda en
12 pasos, han existido durante mucho tiempo. Otros incluyen
eliminar el alcohol del cuerpo (detoxificación); tomar medicinas
recetadas para prevenir el volver a tomar, una vez que se ha
dejado el alcohol, y la consejería individual o en grupo. Los
programas más nuevos le enseñan a la gente que tiene problemas
de consumo de alcohol a identificar cuáles situaciones o
sentimientos suscitan el deseo de tomar, así como diversas
maneras de arreglárselas sin el alcohol. Debido a que el apoyo
de los miembros de la familia es importante, muchos programas
también asesoran a parejas casadas y familiares como parte del
proceso del tratamiento. Dichos programas también pueden
vincular a las personas con recursos importantes dentro de la
comunidad.
Los científicos
continúan estudiando los efectos del alcohol en las personas y
buscando nuevas maneras de tratar el alcoholismo. Esta
investigación aumentará la posibilidad de recuperarse y mejorará
las vidas de los bebedores con problemas.
El Instituto
Nacional para el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo, parte
de los Institutos Nacionales de la Salud, recomienda que
la gente de más de 65 años de edad que decide tomar,
solamente beba un trago al día. El tomar a este nivel
generalmente no se asocia con riesgos para la salud.
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Recursos
National Drug and Treatment Referral Routing
Service
Servicio Nacional de Canalización de Remisiones
para Tratamientos y Drogas
National Clearinghouse for Alcohol and Drug
Information
Banco Nacional de Información para el Alcohol y
las Drogas
Substance Abuse and Mental Health Services
Administration
Administración de Servicios de Salud Mental y
Abuso de Sustancias
Teléfono: 1-800-662-HELP (4357)
(llamada gratis)
Correo electrónico:
info@samsa.gov
Página Web:
http://www.health.org
The National Institute on Alcohol Abuse and
Alcoholism (NIAAA)
Instituto Nacional para el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo
6000 Executive Boulevard
Bethesda, MD 20892-7003
Teléfono: 301-443-3860
Página Web:
http://www.niaaa.nih.gov
Alcoholics Anonymous (AA)
Alcohólicos
Anónimos
Grand Central Station
P.O. Box 459
New York, NY 10163
Teléfono: 212-870-3400
Página Web:
http://www.aa.org
National Council on Alcoholism and Drug
Dependence, Inc. (NCADD)
Consejo Nacional para el Alcoholismo y la
Dependencia de las Drogas, Inc.
20 Exchange Place, Suite 2902
New York, NY 10005
Teléfono de línea de ayuda:
1-800-NCA-CALL (llamada gratis)
Fax: 212-269-7510
Correo electrónico:
national@ncadd.org
Página Web:
http://www.ncadd.org
Comuníquese con el National Institute on Aging
(NIA)
Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento
para una amplia gama
de recursos sobre la salud y el envejecimiento.
Centro de Información
P.O. Box 8057
Gaithersburg, MD 20898-8057
Teléfono: 1-800-222-2225
(llamada gratis)
TTY: 1-800-222-4225
Correo electrónico:
niainfo@jbs1.com
Página Web:
http://www.nia.nih.gov
National Institute on Aging
U. S. Department of Health and Human Services
National Institutes of Health
Septiembre de 2002
[Cortesía de:
magicsc] |